Asistimos a una sesión de terapia asistida por perros con niños con autismo de la Asociación “Héroes sin capa”
La Fundación Metropolitan House colabora en el desarrollo de esta actividad en L’Hospitalet de Llobregat, que contribuye de manera espectacular a mejorar la calidad de vida de los niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA).
El pasado mes de febrero, la Fundación Metropolitan House firmó un convenio de colaboración con la Asociación Héroes Sin Capa de L’Hospitalet de Llobregat para el desarrollo de actividades que contribuyan a la mejora de la calidad de vida de los niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA) y sus familias.
Después de cuatro meses de colaboración, José Vicente Muñoz, director de la Fundación Metropolitan House, tuvo la oportunidad de presenciar en directo una sesión de terapia asistida por la perra Olivia, con varios niños con TEA, bajo la supervisión de Valeria, la terapeuta. Estas sesiones terapéuticas han demostrado ser una herramienta de mejora en aspectos como las habilidades sociales y la comunicación, la reducción del estrés y la ansiedad, y la estimulación sensorial en los niños y niñas de la Asociación.
Actualmente, son nueve los niños que participan en estas sesiones con Olivia: los más pequeños, Ángelo, Héctor, Anthony e Iker, y los mayores, Jordi, Uriel, Arnau, Gisela y Alex. Con cada uno, la experiencia es distinta, ya que depende del perfil del niño y de su grado de preparación para enfrentar la terapia. Valeria, la terapeuta, estudia cada caso al inicio y va adaptando la actividad, la frecuencia y la duración de las sesiones en función del avance y de los niveles de interacción entre los niños y Olivia, la perrita. Esther de la Fuente, secretaria de la Asociación Héroes Sin Capa, nos comentaba: “Con los más pequeños es mejor hacer sesiones cortas, de unos 15 minutos aproximadamente, para ir preparándolos, porque aguantan poco tiempo de concentración”. Este es uno de los temas que más se trabaja en estas sesiones: entender el “espacio-tiempo” para mantener la concentración en una actividad, y también el “turno de espera”, es decir, saber esperar y gestionar la frustración cuando las cosas no suceden en el momento que uno desea.
“¡Los avances que hacen estos niños con este tipo de terapia son una pasada!”, comenta Esther, satisfecha con el trabajo realizado en la Asociación.
Para la Fundación Metropolitan House, es una satisfacción poder ver en primera persona los beneficios de los proyectos en los que colaboramos.
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